miércoles, 13 de octubre de 2010

¡Sé un hombre, José Luis!


“La muerte no me preocupa. Mi muerte no será mía. Será de mi familia, a quién dejaré el muy considerable estorbo de un cadáver”

Rafael Azcona


"Que el protagonista de mi película acabe ejerciendo el oficio de verdugo es lo de menos, la elección de este oficio pertenece a la anécdota, al afán de buscar cierta singularidad. Lo importante en la historia es, a mi juicio, la facilidad con que el hombre contemporáneo acaba cediendo a los condicionamientos sociales, se trague inconscientemente -o quizá no- los elementales cebos que las circunstancias le tienden y quede así, sujeto a las garras de un estado de vida que no es el que íntimamente habría deseado.

Al principio, adolescentes, soñamos un poco, nos aceptamos libres; basta la seguridad de un sueldo, de un alojamiento, algo de eso que creemos amor y un gran miedo a todo lo demás, para que uno, ya sometido a la colectividad, acabe en lo que es peor, vivir comprometido: hacer algo, bueno o malo, pero en definitiva diferente de aquello que habíamos querido hacer."

José Luis García Berlanga

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