martes, 30 de noviembre de 2010

Desde el sur con amor


No es una oreja, sino una lengua, y no cae en la hierba, pero sí en la nieve. Y ahí está la habitación roja, en el minuto 4, con un enano que baila y una chica susurrándole algo al agente Curro. ¿Dónde estás, Francisco? ¿En Sierra Nevada? ¿Huyendo de qué? ¿Del fuego que camina contigo? ¿De alguna chica vestida de terciopelo azul?



Dara es de esas que no se conforma con 25 frames por segundo, Dara se escapa de cada plano, no la vas a alcanzar en su camino desde Sevilla hasta las Las Vegas, "en su carrera exponencial hasta el vacío". Porque Dara se censura y a la vez se exhibe, te está sacando la lengua, te está obligando a que le des a la pausa y mires con detalle la imagen ensuciada con mil y un filtros: una serpiente, un letrero, una raya de cocaína. Ésa es la perversión, no te dejamos ver ni la mitad de lo que nosotros vimos con la cámara, pero tu cabeza ve eso y mucho más y se asusta. Y "si seguimos viendo(nos)el mundo va a explotar".



Y ahí, bajo el agua, no puedes moverte tan rápido como rapeas, pero aún así los scratches suenan. Las burbujas hacen cosquillas. La luz viene de arriba, de frente, de detrás, de todas partes y de ningún lado. "Esta película está dedicada a todas las personas que brillan en la oscuridad", dicen los créditos. Amén.




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We love S Curro www.myspace.com/scurro

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